"Todo cambió con la llegada del Viajero. Tiempo ha, insufló nueva vida a nuestro sistema solar. La lluvia bañó Marte. Aire limpio purificó el cielo de Venus.
Poco tiempo después, la humanidad se lanzó hacia el vacío estelar para
colonizar estos mundos recién rehabilitados. Fue una época de milagros:
una gran Edad de Oro."
Destiny se sitúa en un futuro lejano en el Sistema Solar donde los planetas se han convertido en habitables. Las lluvias han llegado a Marte y en Venus han crecido grandes selvas. Todo esto fue posible a la llegada de un misterioso viajero al Planeta Solar. Los humanos comenzaron a explorar nuevos planetas y colonizarlos debido a sus nuevas condiciones climáticas, pero este efecto tan positivo no duró mucho tiempo. El viajero tenía un oscuro enemigo que lo siguió hasta nuestro planeta. No se sabe muy bien que pasó pero la civilización humana sobrevivió, al menos en un pequeño reducto de la Tierra. Una única ciudad sobrevivió y ahora intenta resistir por todos los medios.
Las pretensiones de este videojuego han sido monumentales tanto que ha sido el producto cultural más caro de la historia. La cifra asciende a 500 millones, todo un desembolso. Aunque quizá no tan descomunal como parece ya que el día siguiente del lanzamiento ya había recuperado toda la inversión.
Este juego lo hace todo a lo grande, y como no podía ser menos también lo son los escenarios: podremos recorrer el Sistema Solar. Esta pretensión supera a cualquier videojuego anterior donde los escenarios ya nos parecían enormes al recorrer ciudades o regiones enteras. Además del modo historia introducido anteriormente
podremos jugar a otros modos de juego: Crisol, Exploración, Asalto, y La
Torre. Todos ellos explorando todo este territorio del universo planeta a planeta.
Además de todos los contenidos originales del juego, prácticamente inacabables, poco a poco van llegando nuevas expansiones, con más contenidos, más accesorios, más escenarios, etc. Como decimos, un proyecto de enormes dimensiones se mire por donde se mire. Un videojuego que se ha convertido en el producto cultural más caro de la historia.
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